Hace unos días vi en las noticias que debido al tiempo que llevamos encerrados, la RAE se vió obligada a cambiar el significado de cuarentena y ahora no se refiere a 40 días sino a un periodo indefinido de tiempo. Si me hubieran preguntado les habría dicho que en México ya teníamos eso solucionado y ahorita les explico porque lo digo.
Recuerdo que cuando inició el tema del coronavirus en México lo tomamos a juego, como todo, al final del día había memes por todos lados y en realidad nadie se había guardado en su casa. Muchos seguían con sus planes vacacionales tranquilamente y otros tantos, como yo, ni cuenta nos dimos de cómo nuestro modo de vida se convertiría en lo habitual de la noche a la mañana. En las noticias se hablaba de que los chinos se habían comido a Batman así sin sal ni chile, ni una tortilla. Vaya, ni una tatemada le habían dado en el comal; honestamente, allá ni tienen comal, así que era de esperarse que no hicieran eso.
Un día desperté y vi a mi esposa en la sala, con el teléfono en un oído y su manos libres en el otro haciendo malabares con sus juntas y además haciendo sus presentaciones en la compu y en chanclas. Se me hizo raro y apenas iba a preguntarle qué pasaba cuando escuché a los vecinos hablando de tareas y video llamadas para continuar con sus labores de la escuela. Ahí si ya me dió miedo. Empecé a sentir ansiedad, un poco de miedo y otro tanto de hambre. Me preparé como pude, en medio del shock, unos huevitos con jamón y queso, calenté tortillas y me preparé un medio litro de café. Prendí la compu, comencé a trabajar mientras le daba sorbos a mi café de vez en vez, que, con cada sorbo se volvía mas frío. Igual que mi realidad. El jomofis se había decretado la nueva forma de trabajar.
Pasaron los días, quince días, y anunciaron que la cuarentena se extendería hasta los 40 días. Me reí. ¿Pues qué pensaban? Cuarentena quiere decir 40 días, ¿Para qué dicen 2 semanas y luego hasta el 31 de Abril? Mensos. Pero pasó el 31 de Abril y la instrucción de cada día seguía siendo la misma: quédate en casa.
Con el pasar de los días la gente dejó de contarlos. Había otras cosas mas importantes qué contar como cuántos idiomas ya sabían hablar, cuántos platillos nuevos de cocina sabían preparar, cuántos proyectos podían administrar al mismo tiempo con los ojos cerrados, brincando de cojito y con las manos atadas por la espalda. Un sin fin de logros humanos mas allá de lo que jamás alguien imaginó; y apenas era el año uno.
Hoy, 12 años después, no puedo ni recordar como era la vida afuera. Desarrollamos tecnología que nos permitió reciclar todo, todo todo. Todo. No quiero entrar en detalles pero dejenme decirles que si juntan suficientes moscos pueden hacer un platillo esquisito digno de cualquier restaurante con 50 estrellas Michelin. El sol estuvo siempre sobrevalorado, el aire puro todo lo contrario. La lluvia dejó de ser ácida y pasó a ser dulce, tan dulce que dejas tu jarra afuera y ya no necesitas azúcar, sobre todo porque ya ni hay. Esa no la pudimos reciclar porque los expertos en las redes sociales dijeron que era malo para la salud. Pero todo lo demás si.
Y bueno, para no hacer larga la historia solo quiero decirles que en realidad, quedarse en casa no es malo. Lo malo es que se queden al mismo tiempo y juntos. ¿Saben porqué? Ahorita se los explico.