Hace días que el agua rebasó mi cabeza, por días estuvo rondando mi cuello, pero finalmente me hundí. Ya he estado aquí, dentro de este mar infinito que es mi lado oscuro de la personalidad. No hay nada, pero es todo lo que tengo; no queda nada, pero es todo lo que hay.
Finalmente empezó a hacer frio, el sol quema como siempre, pero al aire me recuerda que vivo a 2700m sobre el nivel del mar. Como buen viejito ahora uso los calcetines calientitos y me sirvo bebidas calientes, aunque siendo honestos no paso del café. ¿Porqué habría de ser una bebida diferente? El café siempre ha sido la bebida caliente. Y, aunque hay opciones, ¿quién querría una bebida diferente sabiendo que el café sin azúcar es lo mejor? Claro que habrá quien diga que es lo peor, pero cada quien su ignorancia.
Algunos prefieren cerveza, vino, y está bien, supongo; obvio no calientes, sino el veneno, me refiero al veneno que tomamos, porque aunque en nuestro paladar sepa bien, o mal, lo saboreamos, lo miramos, lo recordamos, lo deseamos y al final cerramos los ojos, durmiendo mientras el veneno surte su efecto en nuestro cuerpo.
Otro sorbo, trago.
Recuerdo que hace años pensé que los locos creen que nosotros somos los locos, porque para ellos su mundo está bien y el resto de nosotros mal, y hace días, cuando me ahogué, entendí perfectamente la locura en realidad es un diagnóstico muy relativo. ¿Porqué un estado mental diferente, ajeno al resto del mundo, debería ser locura? Si acaso pudiéramos entender la mente humana como creemos, quizá entenderíamos nuestra propia ignorancia, y como la llamada locura simplemente es una libertad mental que despreciamos porque eso significaría aceptarnos tal cual somos, y nadie quiere eso.
Nadie quiere aceptar su maldad, su ignorancia, su incredulidad, su debilidad, su inutilidad. Nadie quiere aceptar que son lo que anhelan ser pero no pueden dejar de ser lo que esperan nadie sepa. Supongo nadie está listo para aceptarse tal cual porque ¿cómo podríamos vivir sin la esperanza de que eso que nos esforzamos por ser se vuelva realidad algún día?
Ya he estado aquí, en el rincón de la desesperanza y el hastío. Pero no debería, porque adulto y responsable. Pero heme aquí, sin aire y sin luz, sin nada mas que yo. Y eso está bien.